Todo se convertirá en cizaña (I)

Justo el día en que recibí esta viñeta, vi un reportaje sobre el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte y pensé… seguramente es esto lo que tienen en la cabeza la niña y el padre de este dibujo cuando hablan…

Imagino que todos hemos oído hablar de Rodrigo Duterte, presidente filipino que está empeñado en eliminar la criminalidad de su país y para eso está dispuesto a matar a delincuentes, drogadictos y traficantes de drogas. Desde que él es presidente, cientos de personas han sido asesinadas extrajudicialmente y más de mil, heridas en tiroteos contra “malhechores”. Porque a él… no le interesan los derechos humanos, le interesa la seguridad de su país… Hoy, ser asesino a sueldo, es una nueva manera de ganarse la vida en Filipinas…

Pero lo que todavía más me llama la atención es la cantidad de seguidores que tiene esa mentalidad en todo el mundo. Por casualidad he querido asomarme a los comentarios que hace la gente que ve los vídeos hechos sobre las declaraciones de este presidente y me he quedado impresionada de la cantidad de gente que apoya esta ideología. Gente de Perú, Colombia, México, Venezuela, del propio país Filipinas lo llaman “mi héroe”. Y echan para abajo la defensa de los Derechos Humanos, porque estos son sólo para los humanos y los drogadictos y narcotraficantes son animales…

Pero esta ideología es la que está invadiendo la mayoría de los gobiernos. Basta pensar en las últimas elecciones celebradas en Brasil. La humanidad dividida entre buenos y malos, entre puros e impuros (de acción moral, pero también de raza, de patria…), entre los que vale la pena apoyar y los que es mejor eliminar… Es una vuelta consciente y voluntaria a la ideología nazi, a como “el menor mal”, la única solución. ¿Para dónde vamos?

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Pilar de la Puerta, FI

– Mozambique-