Me ha golpeado esa palabra, al deambular por una de las calles de Bilbao.
Creo que ha sido una tienda. Yo solo me he quedado con la palabra.
Y me interpela.
Quizá sea deformación profesional, porque en mi cerebro emerge el griego: «áristo», y por otra parte el inglés: «crazy».
Y como que me resulta difícil compaginar ambas voces.
Porque el griego me lleva a excelencia, al mejor… y crazy, en inglés, es loco… ¡Y me pica la curiosidad!
No hace falta bucear mucho para llegar al origen etimológico de «aristocracia»: áristos, el mejor, y krátos: poder, gobierno…. El gobierno de los mejores, que con el decurso del tiempo, evolucionará por metonimia; semánticamente en alcurnia y nobleza, como hoy lo percibimos.
«ARISTOCRAZY» es una empresa que debe liderar una línea de joyería.
También parece ser una mentalidad, una forma de entender la vida.
Aclaraciones aparte, voy a limitarme al vocablo en cuestión: griego-inglés, que lo presiento como un oxímoron: «el mejor, el excelente» y «loco». Y solo desde la Filología, no sé porqué.
Pero sí que me lleva a repensar los distintos lideratos de nuestra sociedad: aquí y allá.
Y en múltiples y diversos estamentos.
Porque, socialmente, ¿progresamos o regresamos?
Científica y tecnológicamente… un aplauso por el progreso.
Pero… ¿Cuál es nuestra escala axiológica si por ley la vida de un lince puede estar más protegida y amparada que la de un humano nasciturus o un anciano? ¿O se penalice la destrucción de un huevo de no sé qué especie y que el feto humano se extraiga o extirpe como si fuera un tumor maligno?
¿O nos tomamos la biología, la naturaleza, al albur del capricho o bamboleo social… y la domeñamos también por ley? Aparte, situaciones a considerar y encauzar que puedan resolverse, gracias a la ciencia.
La ley, debiera recoger y «embridar» valores universalmente reconocidos y apreciados, en orden al bien común…
Estamos respirando un gas letal. Inhalando toxicidad, sin darnos cuenta que también pretende inocularse en la educación de nuestros pequeños y adolescentes, esponjas que todo lo absorben, incapaces de reaccionar críticamente.
Tendremos que hacer un STOP obligado.
Y tamizar criterios y valores, costumbres…
Y desde la Filología discernir si no estamos evolucionando de una ARISTOCRACIA, en el sentido etimológico de un gobierno de los mejores, a un oxímoron ARISTOCRACY, híbrido griego e inglés que nos conduce al sinsentido. ¡De locos!
VIVIR coherente un presente, anclado en criterios y valores que nos brinda la ley natural, encauzados en diversas y lejanas culturas coincidentes… culminando en la fraternidad universal que soñaba Jesús de NAZARET, anhelada en su oración :
¡PADRE NUESTRO!
¡VENGA A NOSOTROS TU REINO!
EL PAN, «NUESTRO»
EL PERDÓN, LA PAZ
Será la mejor manera de ¡SANTIFICAR TU NOMBRE!
¡HACER TU VOLUNTAD: tu sueño de felicidad para la humanidad peregrina en la tierra, rumbo al ABRAZO FELIZ, ETERNO, DE DIOS, DE NUESTRO PADRE DIOS!
Teresa Zugazabeitia FI