Hoy pasé todo el día trabajando con la gente de la Escuela de Ética, adscrita a la Universidad Católica de Mozambique. Estoy hablando con mucha gente implicada en este proyecto. Y todos hablan de lo mismo: es necesario que la responsabilidad personal ayude al mejor desarrollo de la región. Y este proyecto, iniciado por Pilar, está haciendo verdaderos milagros.
En otro orden de cosas, en casa hoy solo estábamos Pepita y yo. Hemos podido conversar de muchas cosas, comimos pez asado, hicimos un bizcocho… un día productivo. A última hora, me llevó a casa de los Pasionistas – donde duermo- (sí, al parecer Pepita sí conduce. Tendré que dosificar las preguntas). En el trayecto le pregunté si uno se podía acostumbrar a esta vida. Su respuesta: «aquí descubres las cosas que necesitas, que realmente no son tantas. Y problemas también se tienen allí».
Lecciones a cada momento y con cada persona. Ventajas de ser un ignorante. Empiezo a sentir la cuenta atrás de este viaje y parece que el dibujo va tomando forma. Y resulta que en todos lados la vida es mantener el equilibrio mientras llevas las cargas que te tocan. Lo bueno es que a veces las compartes.
Pablo M. Ibáñez
(@Blitomi)