7 de marzo. III Domingo de Cuaresma: Jn 2, 13-25
7 marzo, 2021
14 de marzo. IV Domingo de Cuaresma: Jn 3, 14-21
14 marzo, 2021

CONSEJO 56

56. Se animarán con santo fervor a conducir al bien estos preciosos depósitos de Jesús, no desdeñando su ignorancia, ni su grosería, ni aún los defectos de estas pobres niñas.

                Los alumnos no son nuestros alumnos, son, según la M. Cándida, depósitos de Jesús, preciosos depósitos de Jesús. Perspectiva de evangelio, visión de fe para mejor cuidarlos. Se trata de quererlos, no alejarlos por su ignorancia y aún más, no desdeñarlos por los defectos que puedan tener. Ahí es donde nos la tenemos que jugar, porque ahí es donde se diferencia a un maestro de un buen maestro. No por sus capacidades, sino por su amor a todos, por el respeto hacia todos. La M. Cándida afina con los consejos a las personas, anima a las maestras, para que sean reflejo de aquello que merece la pena, sean testigos del amor del evangelio, sean palabra de quien “tiene palabras de vida eterna”.

                Y podemos pensar que mucho queda por hacer, pero también debemos pensar que mucho llevamos hecho, que el camino no es para recorrerlo en un sprint, sino para vivirlo en un largo recorrido, pero sin saber dónde tenemos el final de nuestro recorrido. Porque lo importante es caminar, lo que merece la pena es disfrutar, mirar, saborear cada uno de los días que nos son concedidos. Y, sobre todo, porque estamos de paso, o como diría hoy la M. Cándida, como depósitos de Jesús, en libertad, en confianza, pero sabedores de que la meta no es el día que me vaya.

                Seamos de esas personas que viven descubriendo que “no hay cosa pequeña ni detalle sin importancia”. Que la vida está llena de esos momentos especiales donde los pequeños detalles le dan continuo sentido. Esas risas contagiosas que te hacen llorar, ese caminar oliendo a primavera, ese descubrimiento de que el azahar del limonero es muy diferente del azahar del naranjo. Y es cuando piensas que, a veces, catalogamos a los demás con el mismo aroma y le aplicamos los mismos criterios y juicios, Y es cuando nos equivocamos, porque cada árbol florece a su tiempo, como decía José Manuel Domínguez, y añado que cada flor de cada árbol tiene “su” aroma. Somos únicos para Dios.

                Hoy escucho de nuevo a la M. Cándida con sus palabras de ánimo para lograr el bien de los demás, sabiendo que ahí está también mi bien. Escuchar y hablar, rezar y actuar, enseñar y aprender, recibir y dar, ese es el camino, saber estar en cada momento.

                Hoy la primavera nos ofrece sus nuevos colores que estaba guardando todo el invierno. Hoy empieza a brotar lo que parecía inerte. Hoy es un buen día para dar gracias a Dios por tanto color.

                Hoy es un día para celebrar el día internacional de la mujer. Día que se quieren apropiar algunos como si fuera suyo. Yo celebro el día de la mujer libre y valiente, que lucha por salir adelante, que tiene los mismos derechos porque es una persona única como cualquier persona. Por ellas, por todas ellas. Por aquellas que lucharon por hacer de las niñas unas mujeres de futuro en contra de la corriente de la época, por aquellas que pensaron que la educación era el camino para la igualdad. Por aquellas seis mujeres que en 1871 creyeron en ese proyecto, con la M. Cándida al frente. Por las de ayer y las de hoy. Por las Hijas de Jesús. Por ellas.