Una vida con Sentido(s)- ¿Cómo lo ves?
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Café con tostadas

Me llevó el destino a cambiar el olor a café del hogar por un desayuno en la cafetería recomendada por un amigo.

-Hacen un café exquisito, y las tostadas son únicas- me dijo.

Así que, con intención de vivir una nueva experiencia, me puse en camino. El lugar era de esos que huelen a rancio por la antigüedad; de esos con un no sé qué especial.

Me senté en la barra para no perder detalle.

-Café y media de jamón- dije al camarero entusiasmada.

Y comenzó el ritual.
El café recién molido y hecho despacio. Puesta con suavidad la gota de leche. Me maravilló la tranquilidad con la que aquel camarero preparaba mi café, dándome la sensación de que vivía intensamente cada uno de los pasos que daba.

Cortó el pan de la tostada, mientras me decía que su esposa lo amasaba y hacía en el horno de leña cada mañana. Lo tostó con cuidado, dándole el dorado exacto para oírlo crujir al morderlo. Eligió un aceite en concreto pues, me dijo que la acidez dependía del ingrediente. Y para mi jamón, ese era el mejor. Finalmente, cortó despacio lonchas finas de jamón que fue depositando sobre mi tostada. Acabó con un toque especial. Una matita de romero, pues nada más verme había intuido que me gustaría. Me presentó el plato con delicadeza, marchándose y dejándome sola ante aquella maravilla.

Y mientras saboreaba mi regalo, recordé cada uno de sus pasos.

Y me sentí tranquila y acompañada.

Como en mi día a día. Como todas esas personas que viven intensamente a mi lado, siendo sus palabras y sus miradas las que necesito en cada momento. Aportándome los gestos precisos según mi acidez. Haciendo de sus besos, abrazos y ánimos los ingredientes necesarios para que mi día cruja como pan recién horneado.

Hay personas sabias que un día te regalan la vida.

Raquel Criado Allés

@RaquelRaquela

Stella Maris