Escribo estas líneas entre el asombro y la sensación tan especial que tengo tras haber acudido a ‘33 el musical’, en Madrid. Cuando algo gusta, conmueve y remueve, la gente recomienda, anima e invita a asistir y a vivir esa misma experiencia con la misma ilusión con la que uno sale.
Y es que “33” es un musical diferente por varias razones: la primera porque ya desde sus inicios sorprende con ser el primer musical en España que necesita construir un teatro exclusivamente para su representación, en un recinto de 7000 m² y una carpa de 2000m² con una capacidad para 1200 personas. Nada más llegar al recinto entras en el “espacio 33”, un lugar donde la música en directo y el photocall va creando un ambiente muy acogedor previo a cada representación.
En segundo lugar porque es un musical inédito hecho en España y por un autor español, el sacerdote Toño Casado. He de decir que tengo la suerte de haber conocido este proyecto desde prácticamente sus inicios, cuando conocí personalmente a Toño en Santiago de Compostela, un mes de agosto de 2010. Desde entonces ya nos había hablado de este proyecto, sus canciones, la mira hacia el futuro. En esa ocasión conocí también a María Virumbrales y a todo el equipo que acompañaba a Toño. Sin duda dejaron una huella inmensa e imborrable e hicieron que hoy yo esté componiendo canciones camino de mi tercer disco. Una dedicatoria de Toño que me escribió en la portada de uno de sus discos dice así: “Los encuentros no son por casualidad, los grandes se encuentran”. Estaba seguro que en ese momento, desde luego, me había cruzado en la vida con gente muy grande de espíritu.
En tercer lugar, digo que es especial porque es un musical que no te deja indiferente. Me considero una persona muy ilusionada, soñadora y disfruto de cualquier espectáculo casi con la misma emoción que sus propios autores y protagonistas. Pero he de decir que nunca antes un musical me había emocionado tanto hasta el punto de saltarme las lágrimas en numerosas ocasiones. Y es porque el musical en sí, desde el principio, sorprende por su puesta en escena, la calidad de interpretación de todos y cada uno de los actores, las canciones, la música, los músicos, el sonido, el equipo técnico… creedme que he visto espectáculos en los que el sonido dejaba mucho que desear, sin embargo en 33 me quedé tremendamente sorprendido. Quiero aclarar que mi butaca estaba en la zona alta del recinto, lugar donde en otros teatros parecen no tener en cuenta, de ahí que sean las más baratas. Sin embargo esto en 33 no pasa, sonido de 10.
Por último, es especial porque verdaderamente sales tocado, o muy tocado, transformado, lleno de vida, de fe renovada. Esto es por como se desarrolla el guión del mayor influencer de la historia. Una historia actualizada a nuestros días, a nuestros problemas de hoy. Una autocrítica a nuestra manera de vivir y ver las cosas, una crítica a muchas actitudes de la iglesia. Por eso me ha encantado, porque dice verdades como puños y hace que realmente salgas con ganas de replantearte cosas y de hacer de este mundo un lugar que es casa de todos, donde lo que verdaderamente reine sea el amor.
Pero todo esto que os digo tenéis que verlo, escucharlo y sentirlo “in situ”. Dejar que te cuenten las cosas está bien pero mejor está vivirlas. Así que no pierdas la oportunidad, vívelo, disfrútalo y compártelo para “que la gente se quiera hoy”.
Manu Escudero
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