Irene Pozo (Madrid, 1977) recibe el domingo, Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Premio Lolo de periodismo joven, otorgado por la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España. El fallo destaca el «nítido sentido cristiano y evangelizador» que ha sabido imprimir a su profesión.
Juventud y experiencia van, en su caso, de la mano, ya que Irene Pozo es una de las veteranas de 13TV, de la época en la que esta aún se llamaba Popular TV. En esa etapa fue miembro del comité organizador del Congreso Mundial de Televisiones Católicas celebrado en 2007 en Madrid, y vivió el reto de la cobertura, cuatro años después, de la Jornada Mundial de la Juventud. Hoy coordina el área socio-religiosa de la cadena y dirige el Informativo Diocesano de Madrid.
Desde esa atalaya, Pozo ha seguido la evolución de la prensa católica en España en unos años marcados –afirma– por la progresiva profesionalización. En el caso concreto de 13TV, se produjo un salto cuando la Conferencia Episcopal creó un área propia separada de Sociedad, con Juan Díaz Bernardo al frente.
La profesionalización es necesaria, sin olvidar que «nuestra profesión tiene una doble vocación, también la de servicio a la Iglesia y al Evangelio», dice la periodista. Eso exige cuidar el fondo, pero también las formas, que «a veces creo que nos fallan». «Tenemos un gran ejemplo de comunicador en el Papa Francisco, y en ese sentido debemos ser un poco más humildes».
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