Celebramos el primer domingo de Cuaresma y la liturgia nos presenta a Jesús que es tentado, como también nosotros lo somos. ¿Por dónde me entra a mí el mal en mi vida diaria? Porque el mal tiene un recorrido. Y a esto nos invita la Cuaresma, a descubrir aquello que nos aparta de Dios, de los demás y de nosotros mismos.