Tocar el cielo con la punta de los dedos…
Hundir los dedos en la tierra removida…
Pisar descalza la hierba de un campo mullido…
Acariciar el alma con una sinfonía delicada…
Sostener un niño y en él el milagro de la creación…
Abrazar largo rato un corazón apenado…
Apretar una mano largamente esperada…
Rozar con ternura la mejilla de un niño…
Masajear unos pies doloridos tras atravesar mil desiertos…
Amasar con cariño una masa de pan y hornearla…
Estirar y alisar unas sábanas recién planchadas…
Atusar la melena de tu hija antes de que salga…
Palpar el sufrimiento para dejar de estar indiferente…
Ceñir la cintura de aquel a quien quieres…
Abrazar largo rato un corazón apenado…
Amasar lo posible para rozar lo imposible,
tocando a pie descalzo la realidad sufriente,
para acariciar el dolor del vulnerable
y en abrazo compartido,
rozar el milagro del Amor…
Ahora te toca a ti…
Beatriz Neff