La emoción quebrantada por tanto abrazo fraterno de Hijas de Jesús que hemos pasado por el colegio a lo largo de 50 años.
El encuentro con aquellas que fueron nuestras niñas de ayer, que desde senderos muy diversos, nos reconocíamos, alegres y festivas: nombres, apellidos… los pueblos de nuestras internas, anécdotas, móviles que quieren eternizar ese encuentro feliz…
Las cámaras, los audios, sólo en cierta manera barruntan la emoción de dentro.
Y algo más que nos cuenta MªCarmen Martín, nuestra Provincial… Ciertos turistas que, estando en Burgos, no pueden dejar de ver la catedral.
Y entran.
Y se encuentran con una gran Eucaristía presidida por el arzobispo, y muchos concelebrantes, y mucha gente de toda edad… y mucho festejo y alegría.
Y se acercan al altar y entre luces y flores reconocen el cuadro que enmarca… la foto de la Madre Cándida.
Esos turistas … ¡¡¡¡eran los sobrinos bis… biznietos de la Madre Cándida!!!!
Hablaron con MªCarmen. Imaginaos la agradable sorpresa.
¿Casualidad? ¿Causalidad?
Ya había planeado el Espíritu de Juana Josefa en Burgos, allá, por los años sesenta de aquel 1800… Después, su intuición evangélica germinó en tierras burgalesas, en vocaciones Hijas de Jesús, antes de que pisáramos el barrio de Capiscol en 1968.
Como colofón de fiesta, además de la presencia del espíritu la Madre Cándida… se nos hicieron presentes, biológicamente, descendientes de la familia del tejedor: Cipitria y Barriola.
Para que nada faltara.
Teresa Zugazabeitia FI