Todavía nos sentimos en Burgos – por Teresa Zugazabeitia FI
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PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 404
28 mayo, 2018

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 403

Carta nº 403     Febrero 1911

«Me alegro de que todas tengan tantos deseos de agradar a Dios y de trabajar por su amor y por la Congregación»

Estamos viviendo una época especial en la vida de la Congregación, planea sobre ella la idea de salir a un país fuera de España. Brasil va tomando forma y muchas Hijas de Jesús quieren ir a esa misión. Eso alegra a la Madre Cándida. Imagino las palabras y las cartas que recibiría para esta misión. La Congregación está viviendo momentos de Pentecostés, donde el Espíritu Santo se hace presente en los corazones de todas las Hijas de Jesús.

Los Hechos de los Apóstoles narran de forma clara lo que estaba ocurriendo. Nos cuentan cómo se les entendía perfectamente, cómo los escuchaban en su propia lengua. Pienso que el lenguaje del corazón con el impulso del Espíritu provocó ese milagro. El miedo se convirtió en pasión. No es tan normal, pero no es tan difícil. Hoy hay muchas personas hablando las lenguas del evangelio, y muchas de ellas poniendo su vida al servicio de ese evangelio.

Se trata de tener deseos de agradar a Dios, de servir, de ser testigos de lo que el Espíritu nos va haciendo sentir. No es momento de miedos ni de otras casuísticas. Es momento de salir, de hablar con nuestro ejemplo, de no escuchar tantas veces que si te caes o te equivocas ya no puedes hacer nada. Al contrario, no importan las caídas o los fallos. Lo que de verdad importa es seguir caminando y confiando que Dios siempre ayuda, porque siempre está. Se trata de trabajar por el amor a Dios, por buscar cómo hacerlo mejor cada día, por tener ese amor como horizonte vital. Porque cuando se tiene ese faro encendido es cuando tu vida tiene más sentido, es cuando haces las cosas de otra forma sin importar cómo estés de cansado o cuantas razones tengas para hacerlo.

Pentecostés y María son ejemplo de que se puede cambiar, de que se puede girar la vida y convertirla en algo nuevo, algo diferente. Sólo hay que confiar y poner las manos en marcha.

 

Se acerca el 31 de mayo, ese momento de recuerdo entrañable. Y al pensar en la Madre Cándida me viene adosada la figura de María. Aprovecho este espacio para agradecer a Pablo su imagen de María. Gracias Pablo por pararte a hacer la foto de ese oratorio que seguro tiene un encanto especial. Porque seguro que sirvió para volver a encontrarte con nuestra Madre y así darnos la oportunidad de encontrarnos también nosotros.

Que no decaiga nuestro espíritu, porque tenemos la seguridad y el don, de saber que el Espíritu Santo siempre está. Que nunca nos falten los deseos de agradar a Dios y trabajar por su amor, cada uno desde su vocación, pero si es posible, juntos.

Antonio Grau

Murcia

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