Es ingeniero informático, es cantante de rap, es youtuber, es profesor, es influencer en redes sociales, es uno de los fundadores de iMision pero Daniel Pajuelo es, ante todo, sacerdote de Jesucristo, hermano Marianista. «A los 17 años tuve una experiencia muy fuerte de Dios. Sentí que me amaba, algo que sabía de cabeza pero que nunca había experimentado vitalmente. Y me cambió», confiesa Daniel. Aquella experiencia «revolucionó mi existencia y supe que tenía que responder al Señor poniendo todo lo que había recibido de Él a su servicio». En entonces cuando «nace mi deseo de aprender los lenguajes de los hombres y mujeres de hoy para contarles que Dios les ama». Lo hace a través de Twitter, donde le siguen 19.300 personas; a través de Facebook, donde tiene casi 8.000 seguidores; en YouTube, donde sus vídeos le llegan a más de 9.000 mil personas; o Instagram, red social de fotografías en la que Daniel tiene 4.012 seguidores.
Precisamente uno de los lenguajes que hablan los hombres de hoy, sobre todo los jóvenes, es el de los videojuegos. «Veía que los chicos de mi clase estaban super enganchados al canal de Youtube de Vegeta 777 que es un youtuber que el 50 % de su tiempo habla de Minecraft [un videojuego de Microsoft]». Para entender mejor los intereses de sus alumnos, Pajuelo se descargó el juego y lo estuvo probando en red con su sobrino de 6 años. «Me di cuenta de cómo el juego revolucionaba las capacidades creativas de los chicos, de cómo era capaz de canalizar la creatividad de un niño a través de las herramientas que te ofrecía el juego. Enseguida pensé que esto tenía aplicación en la educación», cuenta el sacerdote marianista. Y lo aplicó en la clase de religión, en el colegio Amorós de Madrid, donde está dando clase.
Con la experiencia, «los alumnos aprenden y constatan que la religión no es ajena a sus vidas» y «están muy contentos de cambiar la dinámica de la clase y de incluir videojuegos», asegura Pajuelo. Además, «es una forma de diálogo entre cultura –la de los videojuegos– y fe». Diálogo que se materializó y que adquirió relevancia internacional cuando el consejero delegado de Microsoft, Satya Nadella, acudió en febrero de 2016 al centro concertado católico de los Marianistas, situado en Carabanchel Alto, a ver in situ cómo era una clase de religión con Minecraft de Daniel Pajuelo. «Los alumnos alucinaron con la visita pero esto no ocurre todos los días. Aunque estoy convencido que pueden ocurrir cosas increíbles en las aulas cuando los profes escuchamos a nuestros alumnos, intentamos entender la cultura en la que viven, e intentamos encarnar la educación ahí».
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