Hoy es un buen día para mirar atrás y preguntarnos cómo han sido nuestros frutos y que tipo de fruto hemos sido. Veo además que la Madre Cándida sabía de frutos y de huerta porque une el sacar fruto con la paciencia, y es una gran verdad que los agricultores experimentan cada cosecha. Hoy es un buen día para empezar todo, tal como empieza el año nuevo 2018.
Ayer acabamos el viaje del 2017 y hoy iniciamos el nuevo viaje del 2018 y no todos será un camino de rosas y sonrisas, pero lo verdaderamente importante es fiarnos de aquellas personas que nos precedieron y descubrir hoy que llegarán sufrimientos, que llegarán risas y alegrías y que lo que de verdad importa es que tengamos paciencia y veamos todo con ojos nuevos, que podamos sacar frutos para seguir creciendo.
Hay veces que nuestro móvil o cualquier otro aparato se bloquea, (¿os ha pasado alguna vez?) algunas veces porque tiene demasiados datos, otras porque se estropea sin saber por qué la red, otras porque no entendemos una tecla de los ajustes, y otras por mil razones más. No pasa nada. Paciencia y algo importante: hay que reiniciarlo. Hoy tenemos una oportunidad genial de reiniciar nuestra vida. Hoy 1 de enero de 2018 tenemos la oportunidad de reiniciar aquello que se nos ha desajustado o tenemos demasiado sobrecargado durante el año pasado. Y sobre todo tenemos la gran oportunidad de plantearnos retos nuevos que nos ayuden a crecer, retos de esas cosas pequeñas o grandes que sólo tú sabes y que esperabas una ocasión para iniciarlos. Hoy es un buen día para entablar ese diálogo con el Señor y decirle lo que pretendes. Sin presión, sin agobios, con serenidad y confianza.
“Mientras viajamos en esta vida (como iniciaba la M. Cándida esta perla) tenemos siempre nuevas oportunidades, nuevas ocasiones para disfrutar de este viaje con la confianza de que Dios siempre es Luz que alumbra a las naciones y gloria de su pueblo (como nos decía Lucas ayer). Y cuando Dios es la Luz el camino es mejor, se ve mejor casi todo.
Inicio un año especial lleno de acontecimientos: bautizos, boda muy especial (Samuel y Carmen), el III Encuentro Internacional de Laicos en Filipinas y la celebración del 150 aniversario de aquel 2 de abril de 1869 en la Iglesia del Rosarillo, en ese rincón especial donde estaba el retablo de la Sagrada Familia y “como una luz radiante” algo nuevo surgió con tanta claridad que transformó la vida de aquella joven.
Feliz 2018 a todos. Felicidad es una palabra muy usada en estas fechas, pero es buena. Es una palabra llena de buenos deseos para quien se la dices, llena de lo mejor que sabes desear. Por eso mis deseos de felicidad para la gran familia de la Madre Cándida.
Que el 2018 venga cargado de paz y sueños que aún quedan por cumplir.
Antonio Grau