El alumnado de Bachillerato del Stella Maris celebra su puesta de bandas en una emotiva ceremonia
1 junio, 2017
Featured Video Play Icon
#31mayoFI en MV
5 junio, 2017

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 363

Carta nº 363      octubre 1908

 

“Tengamos confianza grandísima en su providencia divina, que, así como no nos faltó hasta ahora, tampoco nos faltará en adelante”

 

Hace unos días me preguntaron qué destacaría de la M. Cándida, qué sería lo principal, algo así como destacar un pensamiento del libro El Principito. Tardé unos segundos, pero enseguida encontré lo que para mí es un valor esencial en su vida, un pilar desde donde se mueve hacia donde Dios le va indicando, un elemento que nunca deja de estar presente por diferente que sea el paisaje. Esa pregunta me sirvió para echar un vistazo muy general al recorrido de estas cartas, a esas perlas que van brotando sin saber por qué, y que siguen formando parte de mi vida desde hace unos años. Me agradó este repaso, pues no tenía otro objetivo que disfrutar, recordar, rememorar las cartas de la M. Cándida. Pues bien, lo que considero esencial en su vida es la confianza en Dios.

 

La confianza forma parte de su vida como una unidad y la expresa de muchas maneras. Y lo escribe o dicta con una naturalidad sin buscar querer expresarla, como quien ve con naturalidad latir el corazón.

 

Hoy, la carta de octubre nos lo vuelve a recordar, nos vuelve a poner en su sitio, vuelve a poner las cosas en su sitio de verdad. Nunca le faltó Dios en su vida y confía que nunca le va a faltar. A partir de ahí, me queda solo aprender a confiar, volver a descubrir lo esencial y lo secundario, volver a enfocar el zoom de mi vida en lo principal y seguir caminando. Dios siempre ha estado y tengo la certeza que no nos faltará en adelante.

 

Con esta confianza, no me preocupa el futuro, aunque tengo claro mis sueños, pero no dejan de ser mis sueños. Los sueños de Dios para lo que pienso, son los de Dios y en Él confío, porque Dios sabe qué es lo mejor para mis sueños.

 

Cuando una persona con 63 años, que son los que tenía la M. Cándida en estas fechas, comparte que nunca le ha faltado Dios en su vida y que además no le va a faltar en adelante, es porque esa persona es aparentemente normal, pero esencialmente extraordinaria. Y digo esto porque los caminos de rosas no existen, porque los mundos de Yupi son falsos, porque lo que existe es una vida con sus altos y bajos, sus luces y sombras, sus alegrías y penas, sus dolores, que parecen que nos matan por dentro, y sus sonrisas que curan.

 

De vez en cuando merece la pena mirar al cielo, al cielo físico, y confiar, y, de vez en cuando, levantar la cabeza como gesto de agradecimiento por saber que Dios siempre está a nuestro lado, mirar al cielo para seguir mirando lo que está a nuestro lado.

 

Hoy miro al cielo para agradecer el haber vivido un nuevo curso que está acabando. Y tú? Hoy miro al cielo para …………………