Ahora que se esperan tantos desplazamientos en coches sería bueno recordar la importancia que tienen los límites de velocidad en las carreteras (y en la vida). Algunos de estas limitaciones nos parecen exageradas y otros no, pero no nos queda otra que reconocer y asumir que dependiendo por que carretera transitemos, las velocidad podrán ser muy variables, desde 30 km/h hasta 120 km/h. Todo ello es consecuencia del tipo de carretera por el que vamos y los peligros que entraña.
De los límites de velocidad podemos sacar una enseñanza para las relaciones que establecemos -por propia voluntad o por obligación- con los demás.
Hay relaciones que nos permiten una conducción cómoda, segura y además a «una buena velocidad» que hace que todo fluya, pero también hay relaciones que nos limitan «la velocidad» por la complejidad de las formas de ser, por no ser compatibles,… y hacen que la conducción sea más dificultosa.
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