Como todos conocemos, la madrugada del pasado domingo 19 de marzo, las llamas aparecieron en un aula de nuestro querido colegio Santa María de la Paz “Jesuitinas” de Murcia.
El director, Antonio Grau, suspendió las clases dos días para evaluar la seguridad del edificio y proceder a las labores de limpieza.
Pero lo que él no sabía es que iba a liderar otro de los momentos que pasará a la historia de los más de sus casi 50 años de existencia de este emblemático colegio en nuestra Región con tantas y tantas generaciones que han pasado por sus aulas.
Todo ocurrió el lunes, cuando me acerqué como padre para ver si podía ayudar en algo y tuve el privilegio de presenciar algo que me emocionó.
La imagen era dantesca… hierros retorcidos, paredes cedidas, cristales por el suelo y la oscuridad del humo impregnado en todas las paredes. Pero entre toda esa oscuridad había una luz que brillaba sobre todo lo demás,… sobre lo material.
El Director me recibió con las manos y ropas llenas de hollín, con la calma propia de un capitán de barco en medio de una tormenta y con una sonrisa amable, reconfortante y tranquilizadora. Su primera frase fue, “ tus hijos volverán al colegio el miércoles, esto no nos va a frenar”.
A nuestro alrededor había multitud de personas con mascarillas trabajando en las labores de limpieza, sufriendo el hollín penetrante en los pulmones y con los rostros, ropas y manos también tiznados. Me costó un momento percatarme que tras esas mascaras se escondían Maestras, Maestros , personal administrativo, bedeles,… ¡todos a una! Defendiendo sus clases con pasión, cariño, ilusión…y todo con el propósito de recibir a sus 1200 alumnos como fuera.
Siempre he dicho que un problema siempre es una oportunidad, y este es un claro ejemplo. Ante un acontecimiento como éste nos habéis demostrado la solidez de un equipo unido, eficaz, motivado, con metas definidas… y lo más importante… defendiendo vuestros valores.