El papa Francisco ha reflexionado, antes del rezo del Ángelus con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, sobre la fiesta de la Transfiguración del Señor. Un acontecimiento que “nos ofrece un mensaje de esperanza, nos invita a encontrar a Jesús para ponernos al servicio de los hermanos”, ha destacado Francisco.
En sus saludos al acabar la oración mariana, el papa se ha querido acordar tanto de los romanos como de los peregrinos de diferentes países, recordando especialmente a los grupos de niños y jóvenes de diferentes diócesis italianas.
Siguiendo el relato evangélico de Mateo, el papa ha resaltado que “la subida de los discípulos al Monte Tabor nos lleva a reflexionar sobre la importancia de separarnos de las cosas del mundo, para emprender un camino hacia lo alto y contemplar a Jesús”.
Así, ha pedido que nos dispongamos “a la escucha atenta y orante de Cristo, el Hijo amado del Padre, buscando momentos íntimos de oración que permitan la acogida dócil y alegre de la Palabra de Dios”. Por ello, “estamos llamados a redescubrir el silencio pacificante y regenerador de la meditación del Evangelio, de la lectura de la Biblia, que nos conduce hacia una meta rica de belleza, de esplendor y de alegría”.