La llegada de las vacaciones lleva asociado un aumento de las visitas a terapia con temas comunes y recurrentes propios de esta época. Concretamente la terapia familiar experimenta un crecimiento del 60% respecto al resto del año. Son muchos los padres que acuden en estas fechas para tratar de salvar los conflictos principales que surgen con los más pequeños de la casa.
Verónica Rodríguez Orellana, directora y terapeuta de Coaching Club, explica que «el principal problema que encontramos con este tema es la fórmula de educar a los niños, estableciendo una simetría respecto a los adultos. En nuestra consulta trabajamos a diario con familias cuyos hijos, tanto niños como adolescentes, se sienten posicionados en la misma escala que los adultos, infravalorando y desvirtuando la figura parental. De esta manera, se sienten dueños de su tiempo y de sus decisiones, molestándose e irritándose cuando los padres les muestran alguna reconvención o les ponen alguna cortapisa, por lo que se hallan en un estado de insatisfacción permanente».
Las redes sociales se han convertido en una fuente inagotable de debate y polémica entre padres e hijos. Las terapias relacionadas con esta temática ocupan ya un puesto importante entre las más solicitadas, con un 21% de los casos. Para los hijos, constituyen un espacio de autonomía y libertad en el que su capacidad de decisión y de actuación no conoce restricciones ni sordina. Para los padres, por el contrario, suponen un territorio pantanoso y de riesgo en el que adolescentes y niños, inermes y desamparados, se exponen a los peligros incesantes de lo desconocido y de los desconocidos.