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Año nuevo, vida nueva

No todos los días se tiene el privilegio de tener entre las manos una medalla de oro olímpica ni tampoco sentir la emoción de una deportista que ha participado en una olimpiada. Además, logrando el mayor éxito, la medalla de oro. Teresa Motos, educadora en el colegio de Hijas de Jesús de Pamplona, nos ha compartido su experiencia en una clase de Literatura universal.

Como sabemos, el origen de las olimpiadas nos remite a la cultura clásica de la que tenemos tantos vestigios entre nosotros. Las olimpiadas modernas hunden sus raíces y espíritu en la tradición griega.

Algo inyecta en la persona el espíritu olímpico que deja una huella en la memoria y el corazón, por eso al compartir la experiencia después de 25 años, los ojos se le iluminan en el rostro y percibimos cómo el corazón se expande. Y se nota… y se siente.

Teresa, medallista olímpica en Barcelona 92, ha sido capaz de transmitirnos su experiencia llena de vivos recuerdos, nos ha acercado el espíritu olímpico y lo hemos sentido encarnado en su persona. Su historia deportiva tiene mucha aplicación en nuestra vida cotidiana, los valores que ha subrayado han sido el esfuerzo, el trabajo duro en equipo, el ser y sentirse un equipo, el tener un objetivo común que ayuda a superar las diferencias, el compromiso, la capacidad de resistir y vencer a las dificultades, la humildad y la capacidad para cerrar etapas en la vida. Sin duda, su experiencia nos ayuda y estimula a soñar en metas personales que se pueden cumplir por muy difícil que nos parezcan. Tal vez, no se cumplan en una olimpiada deportiva, pero sí en la olimpiada de la vida en la que todos participamos.

Al comenzar un nuevo año, no nos viene nada mal recordar todos estos valores que son tan olímpicos, tan humanos y tan actuales. ¿Y si nos paramos un momento y decidimos que en este año va a ser diferente transformando nuestra actitud vital?  ¿y si asumimos los valores que nos llenan el corazón y nos hacen vivir con más alegría, energía, gratuidad, esfuerzo, agradecimiento, servicio, generosidad…? Vivir así nos ayudará a lograr el éxito, la felicidad, esa medalla que nos la regalan los que conviven conmigo, el que me da las gracias, el que valora mi esfuerzo, el que me anima en la dificultad, el que me regala su tiempo, el que me dice “te quiero”…  el podio de la vida nos espera.

 

Mª Rosa Espinosa, FI