Tranquilos, no os habéis confundido de artículo, seguimos en entreParéntesis, y vamos a hablar de familias, pero en esta ocasión no lo haremos de sus necesidades, de sus miedos, o de sus logros; seremos mucho más ambiciosos al iniciarnos con el ingrediente que nos permite darle sentido a nuestro trabajo en la intervención con familias: Acompañar.
Dice la Real Academia Española de la Lengua en su definición, que la palabra Acompañar es: “Estar o ir en compañía de otra u otras personas”; y profundizando en su significado gramatical, se corresponde con el grupo de verbos transitivos, ya que no son autosuficientes semánticamente, necesitando una acotación que les dé sentido.
Con estas premisas, quienes trabajamos con familias, sabemos lo importante que es para ellos, sentir que alguien camina a su lado, en los momentos que nos incorporamos a sus vidas. …y ¿cuándo Acompañar? Siempre… antes, durante y después, …no podemos ni debemos esperar a que nos necesiten para estar, en una carrera contrarreloj para ganarle la batalla al tiempo; si salimos antes, llegaremos antes y en mejores condiciones, y serán las familias, madres, padres, hijas e hijos, quienes así lo vivan.
Las familias de las que hablamos, sienten que no saben manejarse en las relaciones con sus hijas e hijos, que tienen dificultades como madres y padres, …que ya se han sentido perdidos cuando ellos lo eran. El trabajo de intervención con estas familias, nos coloca ante una situación en la que sus hijas e hijos se encuentran separados de ellos, en centros de protección, o continúan en el domicilio familiar, con seguimiento de diferentes profesionales desde el Trabajo, la Educación Social, o desde la Psicología; no necesitan tener a nadie al otro lado de la mesa , que dirija sus vidas ,cuestione sus decisiones, o autorice cada uno de sus gestos; necesitan sentirse acompañados, escuchados y sentidos, porque solo así seremos capaces de conocer lo que les preocupa y lo que sienten, para construir con ellos el nuevo escenario que les permita dar a esos niños y niñas, o a esas chicas y chicos, la seguridad que muchos de ellos nunca han conocido.