Una vida con Sentido(s) – ¿No lo oyes?

Aunque parezca mentira porque hemos entrado en la vorágine diaria o en la bendita rutina… seguimos en Navidad… Hasta el domingo que viene. Hasta el bautismo de Jesús.

Y Lucas nos relatará así lo que sucedió: En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma y vino una voz del cielo: “Tú eres mi hijo, el amado, el predilecto”.

Un contexto contradictorio… un bautismo general… nada extraño ni especial… pero un acontecimiento espectacular… se abre el cielo y baja el Espíritu en forma de paloma…

¿Y qué se oye? Una definición identitaria. Lo que Jesús es. Desde el principio. Desde el capítulo 3.  Después de nacer sin sitio, después de que lo atendieran pastores y gente de poco fiar, después de que unos extranjeros lo reconocieran y se volvieran por otro lado, después de que María lo guardara todo en su corazón…

Tú eres mi hijo.

Tú eres el amado.

Tú eres el predilecto.

Y en ese Tú está el nuestro. En Jesús mismo nos reconocemos. En Él nos hacemos hijas e hijos de Dios.

Y tú, ¿lo oyes?

¿Oyes que Dios mismo te dice “tú eres mi hija?

¿Oyes que Dios te dice “tú eres mi amado”?

¿Lo oyes decir “eres mi predilecta”?

Óyelo… contémplalo, saboréalo, intúyelo, siéntelo…

A pesar de todo… o precisamente por todo y con todo… porque somos hijas en el Hijo… porque lo más grande y mejor que nos regala Jesús es ser una con Él…

Por eso es Navidad… siempre… todavía.

¿No lo oyes?

Beatriz Neff

@beatrizneff