«Si hay algo que define la relación del hombre con el mundo es su capacidad de preguntar, de mantener viva la curiosidad y estupor frente a las cosas. Esto es lo único que nos libra de todas las respuestas parciales e ideológicas», afirma Francisco Romo, director del Colegio San Ignacio de Loyola de Torrelodones. Y por eso también para este doctor Humanidades y licenciado en Sociología y Filosofía, «solo es posible educar si partimos de nuestras preguntas, porque expresan el interés del hombre por lo real y la posibilidad de encontrar una respuesta satisfactoria».
Romo ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida al Ciclo de Conferencias que Fundación Botín 2017. Esta organización celebra por segunda vez estas jornadas que buscan convertirse en un espacio para pensar y debatir sobre la Educación, en mayúsculas. Tras una primera cita en 2016, donde se pusieron en valor la figura del profesor, la del alumno y de su entorno, y algunos de los contenidos que pueden formar parte de la educación que la sociedad está buscando, «este año es el turno de trabajar con otros valiosos ingredientes como el arte, la curiosidad, el silencio, el entusiasmo y el fracaso, entre otros. Porque estamos convencidos de que la educación que queremos es posible hoy», afirman.
— Usted asegura que la educación hoy está sometida al pragmatismo. ¿Qué quiere decir con esto?
—Parece que hoy lo importante, a la hora de educar a los niños, es hacer muchas cosas. Y en muchas ocasiones ni se pregunta el sentido de por qué las hacen, lo cual es terrible, como si fuera el mero hecho de hacer lo que le da sentido, cuando siempre es al revés. El hombre, si no piensa antes lo que hace, está perdido, porque termina pensando según hace. O peor aún, siendo borrego de los que han decidido lo que tenemos que hacer.
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