Qué importante es que los niños vivan con sus padres la Eucaristía. A veces parece que nos molestan, la niña que no para, el otro que corretea, el padre que lo contempla con ternura, pero sin hacer nada… Aprendamos a vivir la Eucaristía con los niños correteando de vez en cuando, toleremos con serenidad que un padre no sea capaz de controlar a su hijo. ¿Acaso Jesús nos dijo: haced esto en memoria mía pero sin niños, en silencio y serios, por favor?