Carta nº 459 Junio 1912
“…cuanto más generosas seamos nosotras para con Dios; tanto más lo será Él con nosotras”
Esta es una de esas cartas importantes de la M. Cándida, una de esas cartas que viene bien leer muchas veces. Carta de puro agradecimiento. Carta que habla de fidelidad, de cómo debe ser la virtud, habla de generosidad y también de cruz. Me atrevo a decir que es una de esas cartas que cualquier joven que se plantee la vocación debería leer, debería escuchar esas palabras de la M. Cándida, palabras de ánimo y realidad.
Hoy hablamos de generosidad para con Dios. Hoy la M. Cándida nos invita a la generosidad para con los demás. En definitiva, nos invita a compartir nuestra vida sin esperar nada a cambio, con la gratuidad del evangelio. Yo creo que este concepto sencillo lo han entendido muy bien todas aquellas personas que dedican una parte de este verano a compartir su vida, su alegría, con otras personas, da igual el lugar, da igual la edad, da igual el tiempo, lo importante es la generosidad con la que se hace. Tienen mi admiración y respeto y han provocado que nos planteemos algo así para el año que viene, si Dios quiere.
Hay además en esta carta una mención a una palabra que la siento de forma especial en estos momentos. Es una palabra compartida por dos grandes personas: la M. Cándida y Vicente Ferrer. Creo que es de esas palabras que resumen y configuran una vida, y desde ahí caminan de una forma diferente, salvando los obstáculos que aparecen por el camino, pero siguiendo siempre adelante. Esa palabra es la que deberíamos tener siempre presente en nuestra vida, en cualquier momento de nuestra vida. Esa palabra es PROVIDENCIA.
La providencia va unida siempre al padre nuestro, a esa oración repetida y repetida, que tantas veces rezamos. Me quedo con pensar en lo que decimos cada vez que lo rezamos, me quedo en saber que debe salir del corazón y hacerse vida en nosotros, me quedo con que muchas veces se queda en oración, pero también me quedo con que otras veces se convierte en vida. Y por eso sigo rezando, por eso sigo pidiendo, por eso sigo confiando en el Padre bueno que siempre nos cuida.
Celebramos hoy la festividad de santa Marta, y quiero felicitar a todas las Martas y en especial a mi hija, y decirle que, en el camino, lo importante es seguir adelante y confiar en la providencia. Y eso mismo le deseo a un buen amigo que ayer cumplió 69 años y al que le queda camino por recorrer y disfrutar, camino que hay que vivir hoy.
Seamos personas generosas que confían en la providencia, personas agradecidas, sabiendo que Dios también es generoso con nosotros, como buen Padre.
Hoy me quedo con ganas de emprender un pequeño proyecto: el padrenuestro desde el corazón y sentir de la M. Cándida expresado en sus cartas.
“Padre bueno, que de todos cuidas,,,,”