Ayer por la tarde nos fuimos a Roquetas de Mar. En el local de la Asociación Nakani, nos esperaban nuestras compañeras Hijas de Jesús, Abderramán (Senegal) y Filomena (Camerún).
Fue un encuentro hondo, verdadero y muy humano. Estuvimos dialogando casi tres horas y hubiéramos seguido. Me resulta muy difícil resumir en pocas palabras todo lo que se compartió. Poco a poco, Filomena y Abderramán iban desgranando su historia personal, sus vivencias, alegrías, dificultades.
Después de estar con ellos, en nuestros diálogos y la oración de la noche, íbamos compartiendo lo que nos resonaba de sus vidas. Nos llegaba su modo de afrontar la vida, su fe, fortaleza, su capacidad crítica de hacer una lectura política de lo que acontece, su capacidad de amar hasta «sacrificarse» por sus familias, su fe, alegría,generosidad, respeto… Sentíamos invitación a ayudar a visualizar las situaciones de explotación, injusticias y vulneración de los derechos humanos que vive tanta gente. Nos sorprendíamos porque es una realidad totalmente invisibilizada. Sentimos mucha indignación por lo que tienen que pasar y estan pasando. Los migrantes son los «nadies», los «incontables». Se dijeron más cosas que ahora no soy capaz de recogerlas. Personalmente me encuentro sobrecogida y me siguen resonando muchas cosas. Lo que está claro es que muchos nos sentimos cuestionados en nuestra vida personal.
Las Hijas de Jesús de Roquetas, nos compartieron los proyectos que acompañan, su presencia en Roquetas. Quiero agradecerles por facilitar este encuentro con nuestros hermanos Abderramán y Filomena, por los mil y un detalles que tuvieron con nosotros.