Parecen dos palabras contrapuestas e incluso contradictorias.
El término revolución tiene a veces mucha prensa negativa. Suena a violencia, a enfrentamiento … para su etimología he acudido a la Real Academia Española y entre sus varias acepciones da la de “acción de revolver o revolverse”…
Sí, tiene mucho sentido este significado para el título que se me ha ofrecido. Revolución entonces sería no dejar quietas las aguas, sino agitarlas, y agitarme, no permanecer en la pasividad, sino al contrario ser atrevida, ser osada, moverme en pro de alguna causa que merezca la pena y que de no hacerlo se sigue la languidez o la muerte.
Y acudo también a la RAE para saber lo que significa ternura y nos da esta explicación:
La palabra ternura es de origen latino y es la suma de dos componentes de dicha lengua: adjetivo “terno”por un lado, y que significa, tierno, delicado y “ura” que se utiliza para indicar un resultado o una actividad.
La revolución de la ternura, como título, nos da un resultado muy bonito desde el punto de vista etimológico de sus elementos. Y aplicada a la vida los efectos son maravillosos.
No se justifica “revolver o revolverse” de manera no delicada, no tierna, aunque esto a veces pueda interpretarse como debilidad, como menos fuerte y sin embargo, desde el punto de vida de la acción, la que sea, si va envuelta en delicadeza, en ternura, cariño, respeto dulzura… los resultados son distintos; donde aparece la violencia o agresividad, habrá resultados, pero ¿a qué precio? ¿qué “sabor” nos dejarán?
Si en nuestra sociedad, presa del ritmo vertiginoso, llena de ruidos y con pocos espacios para la reflexión y el silencio, nos dedicáramos a revolver y revolvernos de un modo delicado, cuánto más ganaríamos en calidad de relaciones interpersonales, en bienestar y bien hacer donde esas gotas de revolución tierna nos dan aire fresco, nos revitalizan, nos ayudan a mantener la sonrisa.
Y si cuando vivimos tensiones, problemas, dificultades tuviéramos un momento de pararnos y aplicar esta revolución tierna, la solución también sería de otro modo.
Creo que vale la pena intentarlo, empeñarnos en volcar en nuestros círculos de vida esos ingredientes que ayudan a embellecerla y hacer el mundo más amable, donde las palabras, el tono, las relaciones, se hagan más trasparentes envueltas en ese papel de regalo que es la ternura.
María Luisa Berzosa fi