Desde muy pequeño he crecido rodeado de música. He tocado, cantado y escuchado canciones de diversos estilos y culturas y cada cual me ha enamorado cada vez más de este arte tan presente en nuestras vidas. Me gusta disfrutar de todos los estilos de música, algunos más que otros aunque, como todo el mundo, uno también tiene sus preferencias. No me gusta despreciar ningún tipo de música, porque creo que cada melodía y cada canción tiene algo que contar… aunque en este punto he de reconocer que, de unos años aquí, han surgido ciertos estilos un poco salidos de tono, sobre todo en cuanto a letras se refiere. Canciones que incitan al odio, al sexo desenfrenado, al dominio sobre la mujer, a adorar al dios del dinero y el poder… Canciones que están presentes en los dispositivos de los adolescentes de hoy y que ayudan a degenerar a una generación que ojalá pronto encuentre salida a este desenfreno musical que tanto daño está haciendo.
Os dejo un vídeo con una iniciativa de un instituto de Cuenca que denuncia la música que escuchan nuestros adolescentes, incluso los más pequeños.