Dicotomías

¿Alguna vez has vivido en una dicotomía? ¿Alguna vez has enterrado viva a la coherencia? Nos pasa continuamente, aunque no siempre por las mismas razones: ¿miedo, comodidad, pereza? A veces, la enterramos, y seguimos viviendo una vida convertida en oda a códigos que ni siquiera hemos revisado conscientemente, que hemos aceptado, que han escrito otros en nuestra mente.

Pero antes o después nos damos cuenta. La verdad, a la que no tenemos el cariño que deberíamos -gran guerrera- ayuda a liberar ese lugar donde nos empeñamos en esconder lo auténtico. Y si a esa batalla dejamos que se unan las emociones rebeladas, conseguimos que se abra paso la propia identidad.

¿Fácil? De ninguna manera. Este proceso, no te engañes, no es una canción de cuna, es un grito ensordecedor; resuena en medio de un silencio que, hasta entonces, estaba lleno de hipocresía y mediocridad. Así que el impacto es fuerte. Pero, si lo aguantas, si decides dejar que tu esencia te inunde y sobrevivir a los estragos, si renuncias a la norma y al bozal, si decides dar luz a las zonas oscuras de una moralidad aprendida, entonces te aventuro que vivirás un momento mágico: el que se produce tras la conmoción. En el que, en forma de paz interior, resucita la honestidad.

Este camino, que forma parte de eso que llamamos autoconocimiento, no dura un día. Es para toda la vida. Y no creo que puedas escapar de él. Lo que sí creo es que tú decides escoger cómo vivirlo y con qué herramientas, tú decides vivirlo en estado de guerra o parlamento.

Almudena Moral Alcaraz

@AlmudainaMoral