Es la melodía de las historia que se suben a las redes sociales con fotos en sepia del mar. La banda sonora que cantan los amigos cuando llega la despedida en el lugar de vacaciones.
Todos tenemos presente en este mes a ese famoso dúo que hizo las delicias del fin de nuestras vacaciones cuando éramos adolescentes. Moría Chanquete, se acababa el tomar helado cada día y el olor a la famosa crema de tarro color azul con letras blancas daba paso al agradable momento en el que forrábamos los libros y todo olía a nuevo.
Habíamos descansado, nuestra mochila nueva estaba cargada de libretas y deseábamos volver a reencontrarnos con nuestros amigos, lucir piel morena, tenis nuevos, estrenar los colores y ver qué nos deparaba el cambio de curso.
¿Recordáis ese momento? ¿Esas ganas de comernos el mundo? ¿Ese no dormir la noche anterior y no tener sueño al despertar? Eso era la ilusión. Y ni ha muerto como Chanquete, ni se acaba como el verano.
Está como siempre lo ha estado. Y lo seguirá estando mientras seamos capaces de no perder las ganas de vivir cada día como si fuese el inicio de un nuevo curso. Lo seguirá estando porque nace de la fe, de la alegría y de las metas por alcanzar.
Y todo esto ha estado presente en cada amanecer, en cada atardecer, en cada pisada en la arena, en cada baño en el inmenso mar y en cada kilómetro vivido en nuestro verano. La ilusión, como Chanquete, siempre seguirán acompañándonos. Feliz inicio de curso.
Raquel Criado Allés
@raquelraquela