Past generations, news innovations – Alumnos de A Coruña en Noruega
19 mayo, 2017
Featured Video Play Icon
#Mejor2
20 mayo, 2017

Campaña de adhesión a la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente

Las entidades promotoras de Iglesia por el Trabajo Decente ( ITD), entre las que se encuentra la CONFER, transcurridos los dos primeros años desde la presentación pública de la Declaración, dan un paso más en su compromiso con la puesta en marcha de una campaña de adhesiones a la iniciativa.  

En ella solicitan la adhesión a la declaración fundacional de Iglesia por el Trabajo Decente para tomar «conciencia de que el desempleo, el trabajo precario, la desigualdad en el acceso a un trabajo decente y la limitación al ejercicio de los derechos humanos que esto supone, son un atentado a la dignidad humana» y animar a sumarse a la exigencia de trabajo decente, que no es ajena en la Iglesia.

Por citar algunos ejemplos, en Caritas in veritate, se señala que el trabajo decente es «expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer» (n. 63). En Laudato si’ se insiste en la importancia de la dignidad del trabajo y del trabajo digno para la realización de la dignidad humana, la lucha contra la pobreza y la configuración de una sociedad que, con el trabajo de las personas, cuide la vida de todos y la casa común, realizando así la vocación humana (n. 128). Y en Iglesia, servidora de los pobres, instrucción pastoral de la Conferencia Episcopal Española, señala que «para que el trabajo sirva para realizar a la persona, además de satisfacer sus necesidades básicas, ha de ser un trabajo digno y estable. (…) La política económica debe estar al servicio del trabajo digno. (…) Defender el trabajo decente significa poner en el centro a la persona en vez de la rentabilidad económica; ir más allá del empleo y distribuirlo justamente; reconocer los trabajos de cuidado necesarios para la vida; luchar por condiciones dignas y el cumplimiento de los derechos; conciliar trabajo y descanso; y desvincular derechos y empleo. Es una misión irrenunciable ante el aumento de las desigualdades y de la pobreza laboral. Y es esencial para una sociedad más decente» (3.6).

Continúa leyendo en Revista Ecclesia