Tolosa, 150 años de un carisma vivo y un camino compartido
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MARÍA DE NAZARET II
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BERROSPE, ANDOAIN

Declinan ya los 150 años de nuestra andadura congregacional:
«Un carisma vivo, un camino compartido»

En la casa natal de M. Cándida, Berrospe (Andoain), nos congregamos las dieciocho Hijas de Jesús que formamos la comunidad de Navarra y País Vasco.

Ha sido fácil sentir, vivo, el carisma, la gracia de nuestra vocación de Hijas de Jesús y el camino… en tantos recodos, juntas aquí y allá… que otra vez nos hemos encontrado aquí, ¡FELICES!

La Eucaristía, en la parroquia donde fue bautizada aquella niña, Juana Josefa, un 31 de Mayo de 1845.

Es domingo, 12 de Diciembre, octavario todavía de la Inmaculada.
Nos acompaña el pueblo de Andoain.
Iglesia barroca, testigo de la fe pétrea de nuestros mayores, hecha piedra en arquitectura esbelta, cobijando artísticos y ricos retablos.
¡Qué fe, la de nuestros mayores! Agustín de Leiza, nacido en Andoain, general en Perú, hombre de fe arraigada, posibilitó la construcción de esta majestuosa iglesia, siglo XVIII, que hoy todavía, nos sobrecoge.

Después, comida fraterna y sobremesa muy cordial.
María de la O acaba de llegar de Mozambique y comparte con nosotras parte de su experiencia, pero dice que se queda muy corta.
Y nos llegan tarjetas que salen del arte y alegría de nuestra Hermana Josefa, que trabaja allí. Gracias Pepita.

Recogida la mesa, allí mismo, un compartir oracional de todo lo que ha podido suponer la celebración de los 150 años de nuestra vida jesuitina.

Hemos terminado con un abrazo, no virtual sino real; porque no existen trabas de espacio y tiempo para el Espíritu.
Haciendo camino en dirección contraria al recorrer del sol, desde Finisterre de España, pasando por Italia y Mozambique… hemos llegado a Bangladesh, Myanmar, Tailandia, Vietnam, China continental y Taiwán, Filipinas y Japón.
Atravesados los océanos, Indico y Pacífico, nos hemos encontrado con las raíces que quedaron en EEUU, donde las Hijas de Jesús estuvimos: Morehead City, New Orleans y Baton Rouge…
Y después: Cuba, República Dominicana, Colombia, Venezuela, Brasil, Bolivia… Y Argentina hasta llegar a Ushuaia…

Para nosotras también, el mundo se nos ha quedado pequeño, para nuestros deseos de abrazar a todas las Hijas de Jesús dispersas en la viña del Señor.
Pero os hemos sentido cerca:
un carisma vivo…
un camino compartido,
¡desde hace 150 años!

HIJAS DE JESÚS, con MARÍA,
estrella de nuestros caminos,
proclamamos la grandeza del Señor
y nuestro espíritu se alegra en Dios nuestro Salvador.

«BENDITO SEA DIOS,
QUE TANTO NOS QUIERE!»

Teresa Zugazabeitia FI