Hay palabras que tocan el alma, porque la acarician, al tiempo que la elevan.
Hay palabras que son remanso y paz, que acallan monstruos interiores y nos sumergen en un mar en calma.
Hay palabras que sanan corazones, curan heridas, son bálsamo y frescor en horas bajas.
Hay palabras que nos acompañan y acompasan, que nos empujan y animan, que nos acogen y arrullan.
Corazón, sonrisa, paz, perdón, amor, caricia, confía, mar, siempre, ilusión, música, compasión, horizonte, esperanza, misericordia, resiliencia, evangelio, amanecer, luz, vida, amistad, ánimo, abrazo, libertad, madre, silencio, ternura, poesía, sostener… ¿Cuáles son las tuyas?
Hay personas que tocan el alma, que acunan heridas,
que cantan al alba, que son agua fresca,
que animan sin tregua,
que son hierba fresca, aroma a lavanda,
que siempre ilusionan,
que a veces se cansan y sienten tristeza, y hasta se enfadan,
pero luego remontan,
porque piden ayuda y se saben cuidadas…
Personas que son esperanza,
que miran más lejos,
que cuentan contigo,
que crean mañanas.
Amigo, hermana, padre, compañera, hijo, familia, madre, enfermera, maestro, médico, acompañante, cuidadora, mujer, alumno, niña, abuelo… ¿Cuáles son las tuyas?
¿Qué palabras elijo y utilizo? ¿Cuáles se me escapan? ¿Cuáles son las más repetidas al final del día? ¿Cómo se sienten conmigo las personas que me rodean? ¿Cómo quedan sus heridas después de tocarlas?
No esperes encontrarte con personas amables y cercanas, no estés cada día esperando palabras sanadoras o que te empujen o te serenen… Sé tú esa persona para los demás. Utiliza tú esa magia.
Ahora que hemos perdido los abrazos, hagamos posible lo que parece imposible: creamos que es posible ser un solo corazón.
Beatriz Neff, FI
@BeatrizNeff