36. Se rezará antes de comenzar y al concluir las clases lo que se disponga.
Consejo breve y sencillo para esta semana. Seguimos con los ecos del recuerdo de aquel 17 de octubre de 2010 en Roma. Muchas imágenes, muchas caras cambiadas de hace 10 años (por supuesto cambiadas a mejor).
Consejo de oración, siempre que se pueda. Y mucho mejor antes de comenzar y al concluir. Pues gracias M. Cándida una vez más por abrir este consejo a nuestra vida. Rezar antes de comenzar el día y volver a rezar al concluir la jornada. Que buen consejo. Ponernos en las manos de Dios cuando ponemos los pies en el suelo. Y hay tantas formas de hacerlo como personas, cada uno con su estilo, pero con el mismo fin. Unos hacen la señal de la cruz al bajar de la cama por la mañana, otros rezan un padre nuestro o un ave maría, o ambas oraciones, otros le dirigen a Dios unas sencillas palabras de agradecimiento, otros esperan a ir en el coche, metro, bus desde donde le dirigen su oración, y así muchas formas más, tantas como imaginación y creatividad tenemos. Lo mismo al anochecer, al concluir el día, como dice la canción “cansados de nuestra labor”, pero “junto a ti, al caer de la tarde”, porque junto a ti el día ha tenido más sentido y es el momento de decirle que, lo que no ha salido bien, lo volveremos a intentar mañana de nuevo confiados en su misericordia. Es una oración, un momento de agradecimiento y petición. Y acabada, podemos dormir y descansar, podemos soñar y pensar en el día que vendrá, si Dios quiere.
También en las clases cada vez es más necesario, porque para algunos es el único espacio donde se le habla de esto, es el único espacio donde aprenden a rezar, donde aprenden a recitar alguna oración. No hay que darlo por hecho o aprendido, y, si tenemos la suerte que lo saben, pues démosle ese sentido que nace del carisma de la M. Cándida, donde le hablamos a Dios, que, como buen Padre nos cuida.
Ayer nos recordaba Pablo en su carta a los tesalonicenses que también en nuestra oración debemos añadir un detalle importante: dar gracias a Dios por todos aquellos con los que compartimos la fe y los hacemos presente en esa oración. Así lo cuenta:
“Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones”
Ayer también escuchábamos a Mateo recordando un ejercicio de justicia, de lealtad al evangelio. No le quitemos nada a nadie, a Dios lo que le corresponde y al César también lo suyo. ¿Por qué hay que enfrentar cuando se puede compartir?
Hoy doy gracias a Dios por haber tenido la oportunidad de estar hace 10 años en Roma celebrando la canonización de la M. Cándida, rezando y compartiendo con personas de todo el mundo la alegría de ver a la M. Cándida como Santa Cándida María de Jesús. Un recuerdo entrañable para todos, los que estuvimos allí y seguimos agradeciendo y los que estuvieron allí y hoy no están con nosotros, de manera especial a Manolo Ñiguez, mi amigo. Todos desde el cielo nos ayudan.
Seamos personas de oración, seamos de los que nos acordamos del Señor al comenzar y al concluir el día. Seamos de los que enseñemos esta forma de ser a todos los que podamos.
Cierro con una canción de juventud de muchas personas, canción de rato junto a la hoguera, de agradecimiento por lo vivido, de paz, de cerrar los ojos y dejar que el corazón sea libre para sentir: