Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: “Éste es mi Hijo amado; escuchadlo”
Vivimos en Dios y a veces no nos damos cuenta. Porque sentimos como si una nube nos cubriera… y no lo sabemos interpretar. Sentimos que la nube nos envuelve en sombras, no vemos ni entendemos… Pero si estamos atentas, si abrimos nuestros oídos y nuestro corazón, a lo mejor escuchamos, sentimos, intuimos, que es Dios mismo quien nos dice: “Éste es mi Hijo amado; escuchadlo”.
En medio de la confusión, escucha su voz; en medio de la dificultad, percibe su aliento; en medio del error, siente que vives en Dios. En medio de Él, formas parte de Él.
Beatriz Neff, FI
@BeatrizNeff