Todo el día tumbado. Sin nada que hacer. Con todo el tiempo por delante. Con nada en las manos. Sin ganas por nada. Con la mirada perdida. Le hablas y te ignora. O te mira retándote…
¿Cómo lo ves?
Lo veo a menudo. En la calle. Con cuatro cosas rotas y una manta como pertenencias. La mirada ida de tanto buscar la salida a una vida capturada en el tiempo y el espacio. Con la desesperación de quien buscando una puerta encontró un muro, queriendo alcanzar un horizonte llegó a un abismo, y jugándose la vida, perdió la partida. Con el cansancio de todos los intentos baldíos, de todas las miradas excluyentes, de las presencias ignoradas.
¿Cómo lo ves?
Siéntate con él un rato. O cerca de él. O al menos… como él. Siente la mirada del miedo, el rechazo instintivo, el juicio inmediato… Siente la frialdad de quien no te mira, el paso con prisa, la risa ignorante…
Ahora…
¿Cómo lo ves?
Beatriz Neff