Hace ya cuatro años que empezamos la experiencia del taller de oración en nuestro colegio.
Fue un inicio tímido, sin saber muy bien lo que esta experiencia nos depararía. Han sido años de idas y venidas, tiempo de planificación para hacer viable el proyecto en nuestra realidad y tiempos de formación de los profesores implicados. Momentos de obras que han hecho realidad nuestro oratorio en infantil y primaria y tiempo de apertura de la comunidad de las Hijas de Jesús, que nos ha cedido su oratorio para que los chicos de secundaria desarrollen el taller allí. Muchas ganas e ilusión puestas al servicio de una experiencia de interiorización para más de 800 alumnos, desde los más pequeños, nuestros niños de 3 años, hasta los adolescentes de 2º de secundaria en este curso 2017-18.
Los chicos ven natural que una profesora que no les da ninguna asignatura venga para acompañarles al oratorio. Ven normal dividir la clase en dos grupos y caminar en silencio, con las manos en la espalda (los de EI y EPO lo hacen fenomenal, 1º y 2º ESO tienen su “toque” adolescente), hacia ese espacio donde saludar a Jesús. Allí se despojan de sus miedos y comparten con los compañeros las emociones que despiertan en ellos esos momentos de parada, de reflexión, de mirada al Otro y a sí mismos…algo tan contracorriente en el mundo que nos rodea.
Son sesiones preparadas con mimo y dedicación por todas las personas implicadas, previstas en los horarios anuales, programadas y evaluadas de forma trimestral. Fruto de dicha evaluación, en estos años se han ido introduciendo mejoras que hacen más viable, más rico y significativo el taller.
Ojalá todos tengamos la oportunidad de buscar en nuestras vidas, llenas de prisas y de listas de tareas, esos espacios de silencio para encontrarnos a solas con nosotros mismos y con Él, espacios que nos ayuden a dar sentido a todas esas tareas diarias.
Estamos convencidos de que nuestros alumnos tienen en el taller de oración una oportunidad de lujo. El tiempo, sin duda, nos confirmará que este itinerario, tanto a alumnos como a profesores acompañantes, nos acerca más a Jesús.