FUNDACIÓN EDUCATIVA JESUITINAS
Me gusta. Contiene todo el significado de aquel germen pulsión de Cándida María de Jesús. “la educación Católica de los Pueblos” a través de la mujer, atisbando la evangelización de toda sociedad geográfica y social: “al fin del mundo iría…”
Abarca la realidad actual educativa, simbiosis: Laicos-Hijas de Jesús. Amplia familia jesuitina: alumnos, profesores, administración y no docentes, Padres y Madres, Antiguos Alumnos, voluntariado, FASFI… toda persona concernida en el carisma de las Hijas de Jesús.
Sin mucha incursión filológica, el lexema “jesuit” tiene que venir de jesuitas. Porque de Jesús sería “jesusinas”; como de Paúl, paulinas.
Surfeo semánticamente por ese sufijo; –ino/a: relativo a…; cualidad, origen. Y todo me sirve: relación jesuítica desde el principio. Nuestro carisma se nutre cualitativamente de savia ignaciana. Y en el origen del sentir fontal de nuestra M. Cándida, ahí están D. Martín Barriola, los PP Sureda y San Juan en Burgos, Herranz y Bombardó en Valladolid y Salamanca, que algo tendrán que ver.
García Alcalde, testigo ocular de nuestro amanecer congregacional, autorizado en nuestra hermenéutica, afirma que en Salamanca “…sobre todo en su modo de proceder, como por instinto comenzó el pueblo a llamarlas jesuitinas… Rechazaron las religiosas ese nombre, como los jesuitas lo rechazan, porque San Ignacio no quiso jamás tener mujeres a obediencia .”
Sigue afirmando además, que los jesuitas se implicaron mucho en el comienzo, tanto en la escuela de la Concordia, como en las escuelas dominicales que atendían a la mujer trabajadora, hasta que fueron desterrados en 1873, el 3 de abril.
Al primer biógrafo de la Madre no le gustó. Tampoco tengo noción que lo usara la M. Cándida. Pero ahí está el pueblo sencillo que ha mantenido por todas partes, ese nombre que nos enraíza en Jesús a través de los hijos de San Ignacio y algunos sólo nos conocen por ese nombre.
Hoy, del decir popular pasa al decir oficial: “Fundación Educativa Jesuitinas»
Ahora bien. Sabemos con qué denuedo luchó en Roma la M. Cándida por mantener el nombre HIJAS DE JESÚS, que respondía a su experiencia del Rosarillo.
Quizá en los despachos vaticanos no hubiera más que problemas de denominación; y no teológicos como quizá se pensó. Por eso nuestro nombre fue objeto de un estudio teológico cabal realizado por el P. Manuel Iglesias S.I.
Problemas de denominación más bien. Porque el nombre venía de lejos. </h5>
En 1812, en Verona, el sacerdote Pietro Leonardi, ya había fundado las primeras “FIGLIE DI GESÙ”. También su misión es la educación de la infancia y juventud.
En Francia, habían surgido dos Congregaciones:“FILLES DE JÉSUS”: una en el Midi francés, Vaylats, en 1820 Fundadas por el sacerdote Jean Lausiu. En Bretaña, en 1834 Perrine Samson y otras cuatro jóvenes pronuncian sus primeros Votos el 25 de Noviembre de 1834. Son también “FILLES DE JÉSUS”. Se fusionaron el 1 de julio de de 2011. Muy extendidas por todo el mundo.
Interesante cómo profundizan en el nombre “Filles de Jésus” a partir de las connotaciones lingüísticas que la palabra “fille” comporta en la Lengua Francesa, llegando a Fil.2,6-7 y Jn.13,14. Jesús Siervo. Ahí se identifican con Jesús; serán “mujeres de servicio”
(continuará)
Teresa Zugazabeitia, FI