“Santo mío, yo quiero ser lo que tú eres. Yo quiero hacer lo que ese libro dice”
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UNA VIDA CON SENTIDO(S) ¿Cómo lo ves?
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PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 451

Carta nº 451     Abril 1912

 

“Dice que tenemos tres postulantes, según estos días se presentan más, pero los monises escasean; la voluntad, grande, muy grande, pero los dineros… Dios lo provea todo.

…, que donde hay espíritu de oración, mortificación, piedad, caridad y observancia, ya habrá vocaciones. Procuren tenerlo todo esto, y así se llenarán nuestras Casas y habrá que fundar y extenderse mucho”

 

En este sprint final del curso, que es el mes de junio, donde aparecen reuniones, notas, juntas, visitas, reclamaciones, nervios, mucho trabajo extra; es cuando la Madre Cándida nos da aliento para acabar bien. Cuando las actividades se acumulan, cuando las decisiones son importantes, hasta cuando los “monises” escasean, hay que poner encima de todo, a Dios. Porque si decimos que confiamos y después no nos lo creemos de verdad, ¿a qué estamos jugando?

Cuando Dios provee nuestra vida, es cuando las cosas salen bien. Cuando la Madre Cándida estaba preocupada por los dineros, por las vocaciones, por tantos asuntos de la Congregación, pide a las hermanas acciones concretas, no se esconde y se acuesta a dormir, y a esperar que Dios provea. Ella confía, trabaja y pide:

Oración

Mortificación

Piedad

Caridad

Observancia

Ella sabe perfectamente que con esta fórmula (OMPCO) todo sale bien. Pero para que las fórmulas funcionen es aconsejable que todos los elementos funcionen. Por eso propongo escoger la fórmula y revisarla en mi vida, y propongo que lo hagamos juntos esta semana. Seguro que tenemos muchos asuntos que la necesitan. Seguro. Aunque sean pequeños. Vamos a aplicar la fórmula y veamos lo que pasa.

En primer lugar, echamos un poco de oración, la cantidad depende de lo que la vida nos deje y de lo que yo quiera que me deje, pero tenemos la seguridad que este elemento no estropea la fórmula, aunque le echemos mucha. Tampoco importa el formato que elijamos. Puede ser caminando, cantando, en silencio, delante del sagrario, al levantarnos, al acostarnos, …

Sobre la base de la oración añadimos un poco de mortificación, es decir, un poco de vida asceta, una forma de vivir sencillamente que nos ayuda siempre a lograr la meta de ser santos. No es un elemento que se encuentra fácilmente. Habrá que buscarlo en sitios olvidados o renovados. Pero, bien utilizado, es muy potente.

Una vez mezclado todo lo anterior añadimos una pizca de piedad, un poco de esa misericordia que hace que las combinaciones que la vida plantea, sienten fenomenales. Sería como la sal en las comidas. Sin pasarse, pero sin faltar. En su justa medida. Porque afectan muy profundo.

El cuarto elemento es la caridad. Extraordinario. Es como ese poco de azafrán o cúrcuma que da color a lo guisado. El color de la caridad es especial porque hace bien a quien la realiza y a quien se ayuda. Este elemento está ligado a la persona directamente por eso funciona también según posibilidades y afecta positivamente al corazón y a las manos y pies. Es importante que no falte en esta fórmula porque forma parte de la esencia.

Y para finalizar nos propone la Madre Cándida cerrar con la observancia, un elemento casi de coleccionista hoy. Pero se puede encontrar sin dificultad. Habla de cumplimiento exacto y diligente de las cosas que tenemos que hacer. Habla de norma y huele a responsabilidad. Es importante porque ayuda a los anteriores a la forma de hacer y a la exactitud de la medida.

Después de las entrañables celebraciones del 174 cumpleaños de la M. Cándida, arrancamos junio con la ayuda de la fórmula OMPCO que bien utilizada “sólo” logra (científicamente demostrado) nuestra felicidad.

Antonio Grau

Murcia

Lee aquí la carta 451 de la Madre Cándida