Carta nº 370 Marzo 1909
“…que sigan en una santa caridad, paz y unión todas”
Víspera de mi 60 cumpleaños, con la ilusión renovada cada año como si fuera el primero, como si fuera ese año donde comencé a trabajar como maestro, ahora ya con dos preciosos nietos, con muchas ideas o sueños en la cabeza; me encuentro con un deseo hoy de caridad, paz y unión. Por algo será. ¿Quizá sea un proyecto de futuro donde estas tres palabras se conviertan en parte de algo? Sigo caminado. Lo demás que llegue cuando quiera y como quiera.
Pero no puedo dejar de ver y volver, a las tres palabras que la M. Cándida escribió hace unos años y hoy vuelven a recobrar una dimensión diferente, con lenguaje diferente, con circunstancias diferentes. Hoy siguen estando igual de firmes e igual de potentes como lo estuvieron a principios del siglo XX. Hoy es urgente hablar de caridad, de atender a las necesidades de esas personas que se cruzan en nuestro camino, es urgente marcar estilos de ser persona abiertas, cercanas, solidarias,… personas según un carisma. Y eso se hace en los colegios, allí se crea futuro, un futuro para que podamos vivir en paz. Hoy estamos inmersos en una pretensión de separación ilegal de una parte de España, y hoy la M. Cándida habla de paz y unión, ¿otra de las casualidades de la Vida?
Y, como nos decía Mateo ayer, somos jornaleros de un Reino que se hizo para todos, de un bancal donde todos podemos trabajar y donde se nos trata con justicia, pero con la justicia de Dios, esa que, a veces es incomprensible, pero que es clara como el agua y actúa en defensa de la persona sin engañar a nadie.
El evangelio es sencillo y se impone allí donde parece imposible que pueda crecer algo. Pues allí aparece la vida, lo nuevo, lo que te interroga y te hace pensar, como la planta de la foto. Dios hace posible lo que parece imposible. Eso creo que pensaría la M. Cándida muchas veces, cuando muchos pensaban que era imposible, ella demostraba con una confianza extrema, que era posible. Que con Dios todo lo podía.
Hoy el propósito es descubrir la caridad en cada uno de los detalles que la vida, el día a día, no va a ir proponiendo. Es buscar la paz que nos haga entender a los diferentes, y frente a los que quieren romper pongamos la unión como única bandera. Seamos personas de paz y unión.