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PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 332

Carta nº 332     Marzo 1907

“Me encuentro sin saber a qué atenerme y por eso me ha parecido prudente dirigirme a usted para que me dé su consejo”

 

            Víspera de todos los santos. Víspera de iniciar un mes importante en el trabajo de los colegios. Es un mes duro de trabajo y de evaluaciones y de proyectos, porque diciembre ya se pone cuesta abajo: Mil Albricias, Inmaculada, villancicos, sorteo de Navidad y vacaciones.

 

Víspera de todos los santos. Buen día para aceptar el consejo de la M. Cándida: pedir consejo cuando se encuentre uno un poco despistado. Utilizar la prudencia como virtud sabia para acertar, la prudencia de valorar a quien pedir consejo.

 

El prudente es moderado.

El moderado es constante.

El constante es imperturbable.

El imperturbable vive sin tristeza.

El que vive sin tristeza es feliz.

Luego el prudente es feliz.

 

Y así funcionan estas cosas. Busquemos consejos donde veamos razones, donde veamos luz, donde veamos moderación. La M. Cándida andaba despistada y buscó consejo. La imagino pensando y meditando delante de Dios estas cosas, estas decisiones que posiblemente afectaran a personas.

 

“Tres mariposas amigas vieron cierto día una lámpara de luz en una vivienda. La curiosidad por saber qué era aquello que brillaba como el sol, pero que no era el astro, les hizo entrar en aquella habitación. La primera, intrépida, se acercó a la bombilla; enseguida regresó diciendo: “no he podido saber muy bien qué era, porque aquello me cegaba. Mantendré la distancia hasta saber más”. La segunda, más atrevida, se acercó más y casi se quema imprudentemente las alas: “es horrible, casi me destroza mis alas”. La tercera mariposa, totalmente imprudente, se acercó más y más hasta quedar atrapada por el calor de la bombilla y arder con ella, carente de toda prudencia. La luz, en aquel momento se volvió más intensa … sólo durante algunos segundos”.

 

Hoy, víspera de todos los santos, vivamos seguros y confiados de que si nos vemos despistados tenemos aquí y allí santos que nos pueden ayudar. Y eso es grande. Santos que siempre hablan con el lenguaje de Jesús de Nazaret, con el habla del evangelio. Buen mes de noviembre.