Julia Martín FI, junto a un grupo de hermanas de las Hijas de Jesús, nos trae la reflexión con una «mirada hacia el migrante» en la tercera llamada a la acción apostólica de la CG XVIII que dice así:
«El drama de la movilidad humana nos ha de poner en salida para responder al grito acuciante que nos llega de los migrantes y refugiados. Nos desafía a seguir colaborando con otros y a tomar posturas más audaces y definidas, que garanticen la protección de la dignidad humana, el acompañamiento y caminos de integración en la sociedad».
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Texto:
Hoy, la migración no es un fenómeno limitado a algunas zonas del planeta, sino que afecta a todos los continentes y está adquiriendo cada vez más la dimensión de una dramática cuestión mundial. Se trata indudablemente de un «signo de los tiempos”. Son hombres y mujeres, ancianos y niños que se ven obligados a abandonar su tierra y sus casas a causa de las guerras, la violencia, las persecuciones, la miseria, los desastres naturales y condiciones ambientales, con la esperanza de salvarse y encontrar en otros lugares paz y seguridad.
La respuesta de los países y de una parte de la ciudadanía, muchas veces es el miedo, la xenofobia, creer que nos invaden, que son terroristas, que son ilegales que vienen a robar, que nos quitan el poco trabajo que hay. Por eso se construyen vallas y muros, pero, afortunadamente, también hay muchas personas que acogen, sin discriminación ni exclusiones.
El Papa Francisco señala que ante este drama de millones de personas nuestra respuesta común se podría articular entorno a cuatro verbos: “Acoger, Proteger, Promover e Integrar”.
De eso se trata: de Acoger que es tanto como besar (rozar mi piel con el distinto y que él me crea). Al fin y al cabo el ser humano de cualquier color nació de un beso de Dios.
Se trata de Proteger que es tanto como abrazar, regalar el abrazo y procurar techo, trabajo y pan a los migrantes.
De Promover, algo así como subir sobre los hombros al migrante vulnerable para que vea otros horizontes.
De Integrar, coger de la mano, tocarla y caminar juntos.
Se trata de cambiar la mirada, no verlos como un problema, sino como un regalo, como seres humanos que vienen a nosotros. Ser humano es pertenecer a nuestra especie, pero a la vez es asumir unos valores propios. Se trata de creer en la fraternidad universal. Se trata de creer en la humanidad y, por eso, creer en la esperanza.