Tras el rezo del Ángelus, el Papa recordó que «ayer, en Almería, España, han sido proclamados beatos José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros mártires». «Estos sacerdotes, religiosos y laicos –dijo– han sido testigos heroicos de Cristo y de su Evangelio de paz y reconciliación fraterna. Que su ejemplo e intercesión sostengan el compromiso de la Iglesia en la edificación de la civilización del amor», pidió.
Previamente, al comentar el pasaje evangélico del día, Francisco dijo que «el ciego de nacimiento sanado nos representa cuando no nos damos cuenta que Jesús es la luz, es la luz del mundo cuando miramos hacia otra parte, cuando preferimos fiarnos de pequeñas luces, cuando tambaleamos en la oscuridad».
«Comportarnos como hijos de la luz –añadió el Pontífice– exige un cambio radical de mentalidad, una capacidad de juzgar hombres y cosas según otra escala de valores, que viene de Dios».