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María en mayo III
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A ritmo de la Liturgia

En el quinto Domingo Pascual, Jesús nos dice: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado».

Y… ¿dónde está la novedad? Porque el AMOR es una pulsión, un sentimiento que brota en el hondón de la natura humana con facilidad, aunque, a veces, enmarañado con otras raíces, también.

¿Dónde está la novedad?

«CÓMO YO OS HE AMADO». Esa es la novedad. Y antes nos había dicho: «CÓMO EL PADRE ME AMÓ, YO OS HE AMADO».

Y antes Juan nos había confiado un secreto: «TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO QUE ENTREGÓ A SU HIJO…»

Es que «DIOS ES AMOR» también nos lo dice Juan en sus cartas…

AMOR que es ENTREGA en la cruz, lo último: «…Inclinando la cabeza, entregó su espíritu».

Superando tiempo y espacio, sigue entregándose en cualquier rincón de esta Tierra nuestra: «Esto es mi Cuerpo que se entrega… mi sangre derramada… por vosotros… para el perdón…».

Para reconciliarnos con Dios y entre nosotros.

AMOR, entregado El mismo, hasta morir.

Entregado también por la cobardía de Pilatos: «Se lo entregó…» y la traición de Judas, y la renegación de Pedro y el abandono y huida de los demás.

Solo quedaron María y Juan al pie de la cruz. ¿Dónde nos situamos?

Por ahí puede ser la novedad del mandamiento… la entrega de sí mismo… pro mundi vita.

Como lo hizo Jesús: «Hasta el extremo»

Teresa Zugazabeitia FI