Es un príncipe Bandounga, pero Armel tuvo que mendigar para llegar a España. Salió de su Camerún natal días después de prometerse sobre el cuerpo sin vida de su tío, fallecido por falta de atención médica, que mejoraría la situación de su país. Estuvo a punto de morir de sed en el desierto y de ahogarse en el Mediterráneo. Se convirtió al cristianismo en Marruecos, donde «vivía como un animal». Este sábado presenta su ONG en Madrid.