Ayer fue un día intenso. Pasamos una mañana divertida en la escuela de verano. Por la tarde, algunos miembros de nuestro grupo compartieron su experiencia en comunidades universitarias y grupos de fe. Después tuvimos una cena con los monitores de la escuela de verano. Fue una velada divertida, pero no solo eso, hubo un tiempo para compartir lo que nos había supuesto esta experiencia a cada uno de nosotros. La palabra que más se repitió fue: ¡GRACIAS!