«Contrarrestar la cultura nociva del descarte, que margina a los ancianos considerándolos improductivos» y favorecer los lazos entre generaciones porque «el futuro de un pueblo requiere el encuentro entre jóvenes y ancianos»: esta es la invitación que el Papa Francisco dirigió este sábado a los miembros de la Asociación Nacional de Trabajadores Ancianos italianos, reunidos en una jornada de encuentro y oración en el contexto de la Fiesta de los Abuelos
Ante los 7.000 integrantes de esta asociación, presentes en el Aula Pablo VI, el Pontífice aseguró que «la Iglesia mira a las personas ancianas con afecto, gratitud y gran estima» porque son «parte esencial de la comunidad cristiana y de la sociedad» y «representan las raíces y la memoria de un pueblo».
En su discurso, el obispo de Roma recalcó la importancia de la presencia de los abuelos «porque su experiencia es un tesoro precioso, indispensable para mirar hacia el futuro con esperanza y responsabilidad». Abuelos que «pueden ayudar a los más jóvenes, sosteniéndolos en el camino del crecimiento y de la apertura al futuro». Los ancianos testimonian que, «incluso en las pruebas más difíciles, nunca hay que perder la confianza en Dios y en un futuro mejor».