El pasado sábado, mientras en Turkey Blocks aún celebraban el premio otorgado por Index on Censorship en la 17ª edición de los Premios a la libertad de expresión, el gobierno de Ankara decidía someter a Wikipedia a su latente censura y ordenaba su apagón.
Estos premios no hacen más que visibilizar el trabajo de unos héroes y heroínas que cada día se juegan su vida por expresarse libremente. Valientes que, por decir lo que piensan son cada día perseguidas, acosadas, encarceladas, torturadas y hasta asesinadas. La libertad de expresión es la piedra angular del sistema de derechos que tenemos.Como dijo Jodie Ginsberg (CEO de Index on Censorship) en la gala, “la libertad de expresión es la condición necesaria para ver florecer una vida con sentido”.
El premio de libertad de expresión en la categoría de Activismo digital fue para Turkey Blocks, una organización que monitoriza y denuncia los apagones digitales que se producen en Turquía. Recogió el premio su fundador, Alp Toker, que recordó que “sin un internet libre no puede haber libertad de prensa ni libertad de expresión”. El destino y Erdogan provocaron que 10 días más tarde fuera precisamente Turkey Blocks quien denunciara el bloqueo de Wikipedia por parte del gobierno turco.
La revolución digital llegó al mundo de manera precipitada. No se la esperaba y, no sólo llegó, sino que se asentó tan rápido que a los estados les pilló desprevenidos. Y ahí llegaron las primaveras árabes, africanas o europeas. Pero ahora los tiempos han cambiado. Y los estados, no sólo bloquean el acceso a internet y persiguen el activismo digital, sino que además tratan de usar las redes sociales para implantar su narrativa. Cada día más autoridades usan su poder para restringir la libertad de expresión en redes, no sólo en estados fallidos sino en países considerados democráticos, como España sin ir más lejos.
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