Alborada, 20/12/18, por Silvia Rozas: la historia de Samir
20 diciembre, 2018
PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 428
24 diciembre, 2018

Tengo algo para ti

Me lo han dicho hace solo un minuto e inmediatamente he sentido el impulso de sentarme a escribirlo, así terminaba la conversación:

– Tengo algo para ti, el lunes te lo llevo. Adiós.

– ¡Ah!… Gracias…. Hasta el lunes.

Y ha colgado. He notado que casi me he ruborizado al escucharlo, como un niño chico cuando le prometen un premio. Tengo una leve idea de lo que puede ser, pero aun así os confieso que estoy ilusionado y expectante.

He dado las gracias por la promesa del regalo, por lo que me hace sentir, por despertar a mi niño interior, por el regalo del rubor, por la ilusión, por la expectación. ¿Será lo que yo creo? ¿Cómo estará presentado? ¿Qué voy a hacer cuando lo reciba?

No sé si será ya lunes cuando se publique esta reflexión que escribo hoy viernes (o quizá martes o miércoles o puede que mañana sábado), pero sé que hasta que llegue el momento me toca esperar a ver en qué queda el regalo (mira que si se le olvida y no me trae nada…), entre tanto DOY GRACIAS.

Esta sencilla anécdota habría quedado para mí, probablemente no alcanzaría ni la categoría de anécdota, ni la habría llegado a compartir y mucho menos a poner por escrito si no hubiera ocurrido en este tiempo. Hoy se me antoja una muy apropiada metáfora de la Anunciación, el Adviento y la Navidad. El regalo comienza con su anuncio, continúa con la ilusión y la esperanza, y se completa al recibirlo, pero no debe terminar ahí sino seguir en el agradecimiento continuo día tras día.

La Navidad tal y como la planteamos, saturada de regalos, quizá pueda parecer poco propicia para estar atentos a este proceso de anuncio, esperanza, y encuentro, por eso es importante vivir el Adviento en toda su plenitud, con todo lo que este tiempo tiene que regalarnos.

En estos días de espera somos invitados a vivir ese proceso preñados de agradecimiento a cada paso: el regalo que se nos anuncia en clave de amor, de total gratuidad encarnada en nuestra realidad.

El regalo es el amor de Dios, enamorado de cada uno de nosotros hasta el punto de salir a nuestro encuentro en cada persona, en cada lugar, en cada momento.

Comprometerse con nuestra historia, haberse encarnado en lo concreto, es más, en lo pequeño; ese es el gran regalo: un aquí, un ahora y un para ti.

Rafael Quintana

Profesor del Colegio Virgen de la Paz

Piedras Redondas – Almería