Sínodo: con ojos de mujer (II-A)
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«Un tiempo lleno de nombres», Marta Maté
17 octubre, 2018

Sínodo: con ojos de mujer (II-B)

Las voces de los jóvenes, cuyo reclamo permanente es el acompañamiento y la escucha,  resuenan de modo continuado; no pueden -no podemos- caminar solas y en paralelo. Es necesario que nos encontremos en esa realidad intergeneracional que tanto nos enriquece, a la que me he referido antes,  y que se hace necesaria tanto en la iglesia como fuera de ella.

Y esto nos lleva a pensar en jóvenes que conocemos, acompañamos, están en nuestros ambientes de colegios, trabajo, universidades, grupos… y que quizá no encuentran sentido a su vida aún teniendo todo aparentemente, pero con un vacío existencial que cuesta llenar y se traduce en depresión, apatía, desgana, falta de ilusión y de alegría.

Tenemos también delante tantos jóvenes que, en diversas partes del mundo,  se comprometen de muchas maneras en mejorar el mismo y la iglesia y siguen apostando por muchos caminos, en entrega generosa, valiente y comprometida, a veces con riesgo de la propia vida, y buscan por muchos medios crecer y madurar en su fe.

Como grupo de religiosas hemos organizado una conferencia de prensa para el lunes 15;  adjunto la invitación para que nos conozcáis y en la próxima crónica podré compartir cómo ha resultado.  Ya sabéis que somos muy minoría pero no queremos dejar de decir nuestra palabra porque nos sabemos representantes de tantas hermanas que estáis repartidas por el mundo y cerca y en sintonía en este modo misterioso de la común-unión que traspasa fronteras.

Y nos sentimos responsables también de hacer que se expliciten y amplíen las pocas referencias que en el Instrumentum Laboris aparecen respecto de la mujer en general y de la vida consagrada. Y ahí nos tenéis haciendo enmiendas y entrando al escenario donde se recogen y votan los puntos focales del Sínodo que nos convoca.

Me llegan preguntas de la presencia del Papa en el Sínodo; cuando hay asambleas plenarias no falta nunca, salvo el miércoles que tiene audiencia, como sabemos. Al entrar y salir del aula,  en los momentos de descanso, está como uno más y podemos saludarle; yo me acerqué un día y al presentarme como Hija de Jesús me dijo: “¿pero Jesús no fue célibe? respondí que nosotras testificamos lo contrario porque somos hijas suyas… nos reímos un rato y tengo fotos que muestran muy bien el momento divertido.

Otro día me lo encontré cuando salía del ascensor y yo iba con el ordenador en las manos;  se acercó a saludarme y me preguntó cómo estoy; le respondí que según me veía trabajando un poco y me dijo “si decae tu ánimo que éste compañero tuyo te ofrezca un poco de licor portugués”… (estaba a mi lado Joao Chagas, un laico de Portugal, de  mi Comisión) al que ya había saludado y se acordaba perfectamente.

No quiero terminar este relato sin hacerme aquí eco, muy agradecido, de tantos mensajes de apoyo y cercanía como van llegando, de mujeres y varones, de jóvenes y adultos, de personas amigas, compañeras de trabajo, de mi propia congregación y de otras… me emociona de modo particular la cadena de oración que se está llevando a cabo en nuestras comunidades como iniciativa de la Pastoral Juvenil y Vocacional.

Mi comunidad actual que es la Curia General también es un apoyo de gran valor, a pesar de que me ven poco porque salgo temprano y vuelvo tarde muchos días, me siento muy sostenida y acompañada con el interés y la acogida de hermanas con mucho cariño.

¡Muchas gracias y hasta la próxima! porque este fin de semana se acumulan tantos acontecimientos que darán lugar a crónicas siguientes.

María Luisa Berzosa, FI – desde Roma

@BerzosaML