Nombramientos en América
26 junio, 2017
Hágase, Señor, hágase – por Silvia Rozas
26 junio, 2017

Simplemente, gracias – por Pino Trejo

El dicho “es de bien nacidos ser agradecido” tiene poco predicamento en nuestra sociedad.  Dar las gracias no suele ser una de nuestras acciones más cotidianas, ni una expresión que usemos tanto ni con tanta gente; si acaso, formalmente cuando alguien nos ha ayudado a recoger algo que se nos ha caído, cuando nos ceden un asiento en la guagua, o cuando hemos estado a punto de estamparnos contra el suelo y en el último momento, una mano nos sujetó y evitó la colisión.

En estos casos suele estar hasta justificado decir “gracias”, como si de un pacto conductual se tratara: ante la inesperada y altruista acción de un, una desconocida se establece que la persona beneficiaria de esa gracia debe, como mínimo, dirigirle un gracias.

El significado y uso de este vocablo es bien conocido por todos y todas. Desde pequeñitas se nos enseña la palabra mágica, en qué contexto y situaciones deberemos utilizarla; a quién debemos dirigirla. Así con el tiempo y la rutina se va des-magiando lo que en su momento formó parte de nuestro vocabulario cotidiano.

Ya de adultas somos más selectivas. No regalamos palabras amables a troche y moche, ni consideramos que sea tan necesario ir dando las gracias a toda hora y a cualquier persona. Y mucho menos si es por algo que el otro tiene que hacer, por lo que le pagan al prestar ese servicio a la sociedad, vamos que es su trabajo.

Continúa leyendo el artículo de Pino Trejo en entreParéntesis